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¿QUÉ ES UN TRASTORNO DEPRESIVO?
El trastorno depresivo es una afección que se caracteriza por la presencia de un ánimo triste, vacío o irritable, acompañado de cambios somáticos (por ejemplo, malestar físico o pérdida de peso) y cognitivos (por ejemplo, disminuye la memoria o aparecen muchos pensamientos negativos) que afectan significativamente a la capacidad funcional del individuo.
Los síntomas depresivos pueden ir desde una intensidad leve a severa y pueden presentarse por un tiempo corto (2 semanas – episódico) o un tiempo largo (muchos años – crónico).
Existen diversos tipos de trastorno depresivo, esto dependiendo de lo que lo causa (etiología) y de cuánto tiempo permanezcan los síntomas.
¿QUE CAUSA UN TRASTORNO DEPRESIVO?
No se conoce la causa exacta de porqué las personas desarrollan un trastorno depresivo. Sin embargo, las investigaciones realizadas en torno a este tema, han identificado algunos factores que pueden estar presentes, como:
Situaciones externas estresantes:
Las vivencias dolorosas o difíciles de procesar pueden gatillar trastornos depresivos pero, el cuadro que se produce más depende de las características de la persona que del evento mismo que pudo haberla gatillado.
Química del cerebro:
Las investigaciones recientes indican que los cambios en las sustancias químicas (neurotransmisores) pueden tener un rol importante en la depresión y su tratamiento. Esto puede producirse por ejemplo a causa de algunas enfermedades o por ejemplo con el consumo de algunas drogas o medicamentos. También puede producirse por exposición frecuente (en el tiempo) a eventos altamente estresantes.
Hormonas:
Se ha descubierto que algunos cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo pueden desencadenar una depresión (por ejemplo, depresión post parto, depresión por problemas a la tiroides, asociado a menopausia, etc.).
Rasgos hereditarios:
Se ha observado que la depresión es más frecuente en las personas cuyos parientes consanguíneos también tienen este trastorno. Los investigadores aún están buscando genes que puedan intervenir en el origen de la depresión.
TIPOS DE TRASTORNO DEPRESIVO
Entre las diversas formas en que se expresa un trastorno depresivo, tenemos:
Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo:
se refiere a la presentación de irritabilidad persistente y episodios frecuentes de descontrol conductual extremo en los niños de hasta 12 años de edad.
Trastorno de depresión mayor:
aquí los síntomas depresivos se encuentran en intensidad severa y deben estar presentes por al menos dos semanas, pudiendo durar hasta varios meses). En algunos casos este trastorno se presenta de forma intermitente en la vida de las personas.
Trastorno depresivo persistente (distimia):
Los síntomas depresivos han estado presentes de forma constante por al menos 2 años (o 1 año en casos de niños). Los síntomas depresivos pueden ser de intensidad leve o moderada.
Trastorno disfórico premenstrual:
Los síntomas depresivos aparecen recurrentemente poco después del período de ovulación y terminan pocos días después de que termina la menstruación.
Trastorno depresivo inducido por una sustancia/medicamento:
Se diagnostica cuando los síntomas depresivos aparecen asociados al consumo de sustancias (drogas) o medicamentos.
Trastorno depresivo debido a otra afección médica:
Aquí los síntomas depresivos se asocian a la presencia de una enfermedad médica (por ejemplo, un tumor cerebral).
Trastorno depresivo atípico:
Se diagnostica cuando la persona cumple con no todos los síntomas propios de una depresión, por lo que es difícil definirla con exactitud.
CONSECUENCIA DE LOS TRASTORNOS DEPRESIVOS
Los trastornos depresivos presentan diversas consecuencias para las personas, de las cuales, todas requieren especial atención, entre algunas de las consecuencias podemos encontrar:
- provocar alteraciones en el peso, por ejemplo, desnutrición o sobrepeso.
- Presentares dolores físicos, por ejemplo, contracturas musculares o dolor de cabeza.
- Desarrollar adicciones, por ejemplo, a medicamentos o drogas recreativas.
- Generar conflictos familiares, por ejemplo, problemas en las relaciones.
- Generar problemas en la vida social, por ejemplo, aislamiento, no querer compartir.
- Generar problemas de rendimiento académico o laboral, por ejemplo, a causa de falta de concentración y memoria o por desmotivación laboral.
- Provocar autoagresión o automutilación, por ejemplo, cortes en brazos o piernas.
- Provocar descenso en las defensas del organismo predisponiendo el desarrollo de otras enfermedades.
- Desarrollar otra enfermedad o trastorno, por ejemplo, gatillar un trastorno de ansiedad, crisis de pánico.
- Provocar pensamientos altamente negativos y desesperanzadores que disminuyan de forma importante el deseo de vivir.
- Provocar suicidio.
TRATAMIENTO
Lo ideal sería poder prevenir el desarrollo de síntomas depresivos, lo cual se puede hacer de diversas formas, algunas de ellas pueden ser:
- Tomar medidas para controlar el estrés, mejorar tu resiliencia y levantar tu autoestima.
- Acércate a la familia y a los amigos, especialmente en momentos de crisis, para que te ayuden a superar los malos tiempos.
- Consigue tratamiento ante el primer signo de un problema para que te ayude a impedir que la depresión se desarrolle.
- Si estas saliendo de una depresión, considera tener tratamiento de apoyo de larga duración para que te ayude a prevenir la reaparición de los síntomas.
Una vez que se ha desarrollado un trastorno depresivo, es muy importante solicitar de inmediato apoyo psicológico y médico.
Muchos síntomas depresivos requieren de medicamentos para bajar la intensidad de los mismos, por lo que el apoyo médico especializado (psiquiatra) resulta muy útil, sobretodo en casos moderados y severos.
Por otro lado, el apoyo psicológico especializado es vital en todas las formas de depresión, ya que es el medio para que la persona aprenda a entender sus síntomas (identificar las causas), reconocerlos (dar nombre apropiado a sus síntomas, diferenciar la intensidad con que afectan y los contextos en que se desarrollan) y aprender a trabajarlos o controlarlos, para liberarse de los síntomas o aprender a controlarlos.
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